viernes, 29 de abril de 2016

EPILOGO

Dos años más tarde
·         Señora Porcella, ¿quiere jugar a la pelota?
Le preguntó una de sus alumnas.
·         Dame cinco minutos para guardar todos estos cubos y enseguida estoy contigo
Sonrió Angie. Era la fiesta del colegio y los profesores habían organizado una merienda en la playa, a la que también podían acudir los familiares. Ariana y su novio, Jared, estaban colocando una red para jugar al balonmano mientras Angélica les daba instrucciones.
·         ¿Por qué no vas a jugar con los demás, Andrea?
·         ¿Puedo meterme en el agua con Amelia?
·         ¿Dónde está?
Preguntó Angie, cubriéndose los ojos con la mano.
·         Con papá. Creo que ha ido a cambiarle el pañal.
Angie vio entonces a Nicola acercándose con la niña en una mano y la bolsa de los pañales en la otra.
·         Amelia solo puede mojarse las piernecitas, ¿vale, Andrea?
·         Vale
Contestó la niña…La familia había crecido, pero Andrea siempre estaba ocupándose de su hermanita Amelia. Además, Nicola la ayudaba muchísimo y cuidar de cuatro niñas sin dejar de trabajar en el colegio no le resultaba tan difícil.
·         Hola, guapo.
Nicola sonrió. Desde que se casaron, Angie lo quería un poco más cada día. Tenían sus roces...sobre todo a causa de su desorden e impuntualidad, pero se llevaban muy bien.
·         Hola
Sonrió él
·         Dame a la niña, papá. Voy a meterla en el agua.
·         ¿En el agua?
·         ¡Mamá me ha dicho que puedo! No voy a ahogarla
Protestó su hija.
·         Bueno, bueno, no te pongas así.
·         Es que eres un pesado...
·         ¿Dónde están las demás?
Preguntó Nicola, tomando a su mujer por la cintura.
·         Ariana y su novio están allí, colocando la red de balonmano. Angélica está con ellos, dando órdenes. Amy y Jeffrey en el agua...y yo estoy contigo.
Él se inclinó para darle un beso en los labios.
·         Guapa.
·         ¿Tú crees que el señor Porcella debería besar a una profesora delante de los niños?
·         Yo creo que es más que apropiado que los niños vean a un matrimonio besándose. Aunque nadie está mirando. Están todos comiendo como lobos porque su profesora ha organizado una merienda estupenda.
·         No lo he hecho yo sola, tonto.
·         ¿Vas a guardarme un sitio a tu lado en la hoguera?
·         Depende
Rio Angie
·         ¿Vas a tocarme?
·         Por supuesto.
·         Entonces sí
Sonrió su mujer
·         Te quiero, Nicola. Y gracias.
·         ¿Por qué?
Preguntó él, apartando el pelo de su cara.
·         No lo sé. Por rescatarme de la soltería, supongo.
·         Entonces yo también debería darte las gracias. Empezaba a ser patético con mis etiquetas en las fiambreras
Rio Nicola.
·         Deberíamos darle las gracias a Ally. Si no hubiera sido por la cinta...
·         Nunca habríamos sido tan felices
Terminó su marido la frase
·         Venga, vamos a enseñarle a esos niños cómo se juega a la pelota.

FIN

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